- Ten claro el tipo de examen: ¿Será oral, escrito, práctico, teórico o escogencia múltiple?
- Repasa los exámenes anteriores. Ello te dirá una idea del estilo de preguntas de cada profesor.
- Presta atención a las clases previas al examen, pues se suelen hacer repasos y ejercicios que tienen que ver con lo que se preguntará.
- Lo que el profesor marca como ‘importante’ es casi siempre tema de examen.
- Imagina ser tu propio profesor, respondiendo lo que creas que él te preguntará.
- Trata de llegar con una actitud serena a la prueba. De los nervios no sacas nada y por el contrario te puedes desconcentrar.
- Intenta responder todas las preguntas. Así estés inseguro en algunas respuestas, recuerda que los conocimientos están ligados entre sí, y puede ser que aquello que no sabes tiene relación con un tema que conoces bien. Siempre acude a tu sentido común y a tu lógica.
- Regla de oro: antes de contestar, asegúrate de haber comprendido bien la pregunta.
- Si te bloqueas con algún punto en concreto, pasa a otro tema. No pierdas demasiado tiempo para responder lo que ya sabes.
- Expresa tus ideas con claridad y coherencia.
- Si el examen es oral, es importante llegar bien preparado, pues la improvisación es un enemigo mortal en esta clase de exámenes. El dominio de sí mismo y la serenidad, son claves. Por esto, al estudiar para este tipo de pruebas, puede ayudar pararse ante un espejo y ensayar la postura, el timbre de voz y la actitud que estás reflejando ante el profesor.